Carla Manzano.- El Libro de Horas de la condesa de Bertiandos representa un curioso manuscrito iluminado si lo comparamos con el resto de los libros de horas de su época (siglo XVI). Está considerado, además, como la cima de la iluminación artística religiosa y popular de la Baja Edad Media.
En este códice están representadas costumbres y usos que lo convierten en un documento esencial para el conocimiento de tradiciones y hábitos perdidos. Con gran minuciosidad y excelente riqueza cromática se presentan flores, frutos, insectos, peces, animales de caza, animales domésticos, trompetas, barcos, escaleras, instrumentos de labranza y náuticos, musicales y formas híbridas.
La tipología en su conjunto corresponde a un estilo naturalista figurativo de influencia flamenca, con gran tendencia a la representación de flora y fauna. Aunque entre tanta representación de carácter laico no debemos olvidar la iconografía religiosa, que constituye su vínculo fundamental. Nos encontramos con imágenes del Santo Sudario, la paloma del Espíritu Santo, un medallón con Cristo crucificado, ángeles, cálices, mitras de obispos, santos, la mano de Dios en posición de bendición, el episodio bíblico de la lucha de san Jorge y el dragón, etc…
Este bello y raro códice está escrito en latín a dos columnas, en letra gótica rotunda o semigótica, y datado entre 1515 y 1530. Se supone que fue Antonio de Holanda el calígrafo, formado como iluminador en el taller de Alexandre Bening, en los Países Bajos, aunque trabajó desde fin de siglo en Portugal, donde se consagra como uno de los más eximios artistas del ars illuminand.
El tomo está compuesto por 236 páginas en tamaño 24 x 33,2 cm, que contienen 2.066 imágenes iluminadas. Impreso en papel pergamino especial con el mismo grosor, tacto y olor que el original, reproduce el manuscrito serie azul 1813, cofre 34, custodiado en la Academia de las Ciencias de Lisboa. El facsímile ha sido encuadernado en piel a mano, cosido a diente de perro con cordel de cáñamo. El volumen del libro de estudios que lo acompaña está encuadernado en tela y cosido con hilo vegetal. La tirada única e irrepetible se limita a 999 ejemplares debidamente numerados y autenticados uno a uno mediante acta notarial.
REMBRANDT, GRABADOR DE LA BIBLIA
Rembrandt realizó más de trescientas obras sobre historias y figuras de la Biblia (entre ellas, setenta aguafuertes), dotadas de un gran sentido de la composición, una sorprendente variedad técnica y una enorme expresividad emocional. El primero de sus grabados de temática bíblica data de 1626 y el último, de 1659. Para Rembrandt, el grabado no era un mero producto derivado de sus pinturas, sino un género dotado de un valor intrínseco. Con ello, seguía los pasos de sus más célebres predecesores, como Lucas van Leyden o Alberto Durero, llevándolos a un nuevo nivel. LEER MÁS
LAS FIGURAS BÍBLICAS DE VIRGIL SOLIS
Las primeras obras firmadas por Solis son de 1554. Su estilo, marcadamente decorativo y de vocación arquitectónica, sintonizó con cierta corriente en boga en el Renacimiento centroeuropeo por aquella época, que se complacía en fusionar temas y ornamentos de estirpe italiana con un gusto por lo abigarrado típicamente germánico. Su arte incorporó influencias de Durero, Beham y otros artistas. Su mejor obra son las Figuras Bíblicas del Antiguo y el Nuevo Testamento, que aquí analizamos, un proyecto gráfico sólido, quizás algo discutible bajo una óptica teológica, pero cautivador y apasionante desde la primera imagen hasta la última. LEER MÁS
LA MONUMENTAL BIBLIA DE MERIAN
En 1630 se publicaba en Estrasburgo la conocida como Biblia de Merian, la gran Biblia de Lutero con imágenes, publicada por Lazarus Zetzner, una de las editoras más importantes de Europa. Fue la primera vez que los famosos grabados al cobre del insigne artista Mateo Merian fueron insertados en el texto a dos columnas. Las planchas originales fueron posteriormente coloreadas a mano, dando a los volúmenes de las Sagradas Escrituras un relieve plástico y una hondura espiritual tan sólo comparable a los que, en su género, realizaron Durero, Cranach o Rembradt. LEER MÁS
JACQUES CALLOT, ACÉRRIMO CONTRARREFORMISTA
El célebre grabador francés Jacques Callot nació en una región de predominio católico, donde además la influencia de Roma era creciente. El propio autor formaba parte de la cofradía de la Inmaculada Concepción, e hizo causa común con el dogma de la Comunión de los Santos propugnada por el Concilio de Trento. No es extraño, pues, encontrar estos temas en su producción grabada: entre sus centenares de estampas se incluyen ciclos sobre la Virgen, o su serie sobre vidas de santos. LEER MÁS