Javier Ramos.- Fue, sin lugar a dudas, uno de los lugares de conocimiento más importantes de toda la Antigüedad, si no el que más. Abierta a eruditos, literatos, burócratas o comerciantes, entre otro tipo de público sabio y con inquietudes culturales, la Biblioteca de Alejandría, en Egipto, llegó a compilar en sus estanterías miles de fondos bibliográficos de indudable valor literario y científico, cuyo recuerdo, además, tiene el alcance de mito. Aunque un trágico final en forma de incendio acabó con su saber recopilado durante decenas de años de historia.
La Biblioteca de Alejandría fue fundada cerca del año 300 antes de Cristo por el primero de las dinastía de los Ptolomeos, quien reinó en Egipto tras la conquista de Alejandro Magno del valle del Nilo. Tanto en griego como en latín, sus incunables procedían de todas partes del mundo conocido por entonces. En especial, las referencias a los autores clásicos eran las que más abundaban, sobre todo de Homero. Su catálogo era impresionante: los rollos catalogados llegaron a sumar hasta los 500.000 ejemplares.
Existe disparidad de criterios para concretar fechas sobre la destrucción de la biblioteca egipcia. Algunos especialistas sitúan el origen del incendio en el 47 a.C. provocado por el ejército de Julio César. Para otros, en este ataque sólo quedó levemente dañada. También hay quienes defienden que el final de la biblioteca se produjo en torno al 270 de nuestra era cuando, en tiempos del emperador Aureliano (270-275), se produjeros disturbios en Alejandría. La orden de destruir todos los templos paganos del Imperio dictada por Teodosio el Grande en el año 391, acabó con su expolio definitivo.
Pese a la fatídica despedida que padeció, su recuerdo todavía permanece en nuestra memoria en la actualidad. Tanto es así que, en octubre de 2002, fue inaugurada la nueva Biblioteca de Alejandría en conmemoración de la clásica, promovida por la Unesco. Con un aforo para albergar a casi dos millares de visitantes y once niveles dispuestos en cascada instalados sobre una superficie de 70.000 metros cuadrados, este novedoso centro cultural alejandrino puede llegar a albergar en su interior cerca de veinte millones de libros, según calculan los expertos. De momento, su número de ejemplares alcanza los 200.000 volúmenes, que no es poco. También se concentran aquí 50.000 mapas y 10.000 manuscritos custodiados por más de 600 funcionarios. Es, quizás, la biblioteca más grande de todo el planeta.
La Biblioteca de Alejandría fue fundada cerca del año 300 antes de Cristo por el primero de las dinastía de los Ptolomeos, quien reinó en Egipto tras la conquista de Alejandro Magno del valle del Nilo. Tanto en griego como en latín, sus incunables procedían de todas partes del mundo conocido por entonces. En especial, las referencias a los autores clásicos eran las que más abundaban, sobre todo de Homero. Su catálogo era impresionante: los rollos catalogados llegaron a sumar hasta los 500.000 ejemplares.
Existe disparidad de criterios para concretar fechas sobre la destrucción de la biblioteca egipcia. Algunos especialistas sitúan el origen del incendio en el 47 a.C. provocado por el ejército de Julio César. Para otros, en este ataque sólo quedó levemente dañada. También hay quienes defienden que el final de la biblioteca se produjo en torno al 270 de nuestra era cuando, en tiempos del emperador Aureliano (270-275), se produjeros disturbios en Alejandría. La orden de destruir todos los templos paganos del Imperio dictada por Teodosio el Grande en el año 391, acabó con su expolio definitivo.
Pese a la fatídica despedida que padeció, su recuerdo todavía permanece en nuestra memoria en la actualidad. Tanto es así que, en octubre de 2002, fue inaugurada la nueva Biblioteca de Alejandría en conmemoración de la clásica, promovida por la Unesco. Con un aforo para albergar a casi dos millares de visitantes y once niveles dispuestos en cascada instalados sobre una superficie de 70.000 metros cuadrados, este novedoso centro cultural alejandrino puede llegar a albergar en su interior cerca de veinte millones de libros, según calculan los expertos. De momento, su número de ejemplares alcanza los 200.000 volúmenes, que no es poco. También se concentran aquí 50.000 mapas y 10.000 manuscritos custodiados por más de 600 funcionarios. Es, quizás, la biblioteca más grande de todo el planeta.
(En la imagen: sala de lectura de la Nueva Biblioteca de Alejandría)