El turista bibliófilo (I): Valencia


José Luis Trullo.- A pesar del secular centralismo que aqueja al español medio (que, a lo sumo, se puede permitir el lujo de concebir cierto duopolio, a compartir entre Madrid y Barcelona), hay mucha vida más allá de estas dos ciudades. Y hablamos de vida cultural y libresca. Sevilla, por ejemplo, cuenta con Renacimiento, una de las librerías y editoriales más prestigiosas del mercado hispanoamericano. Y Valencia es una metrópoli con una rica tradición editorial y de amor a los libros. No en vano, nos encontramos ante la tercera ciudad de España en cuanto a número de librerías de viejo. La tradición del coleccionismo del libro antiguo es aquí muy importante y se deja sentir en las calles que puede recorrer el interesado que desee plantearse una especie de Grand Tour bibliófilo.

Antes de empezar, hemos de hacer un anuncio: aquí no vamos a entrar en disquisiciones (ya cansinas) sobre dónde acaba el libro usado y empieza el libro viejo, ni si es mejor aunar ambas categorías bajo la categoría colectiva de libro de lance y englobar material más noble en la de libro antiguo... Vamos a hablar de establecimientos variopintos, donde se aúna lo que su propietario ha podido buenamente recabar en sus pesquisas bibliófilas. Y, en ellas, no hay que descartar nada: ni siquiera que ejemplares de unas y otras calidades se codeen con alegre promiscuidad bibliófila... para deleite del buscador de piezas raras.

Se pueden detectar en Valencia tres zonas de librerías. Una de ellas se inicia en el parque del Parterre, e incluye la de Martínez Catalán, quizás la librería valenciana por donde menos ha pasado el tiempo y que muestra un claro gusto por los grabados; la librería Bonaire, un pequeño espacio dedicado a libros de segunda mano; la librería Facultades, la de mayor tamaño en este tramo de la calle; y la librería Patriarca, con libro antiguo y de ocasión.

La segunda zona de Valencia que cuenta con un buen repertorio de librerías de viejo es la aledaña a la Plaza Redonda. Empezaremos por la antigua librería de Rafael Solaz que, aparte de libros, tiene un amplio espacio dedicado al coleccionismo en papel; el Asilo del Libro, por su parte, prefiere material más reciente, aunque a buen precio y, por supuesto, de difícil acceso por estar descatalogado. Auca Llibres abre su espacio a material gráfico como carteles y fotografías. Añadamos a éstas El Cárabo, La Idea, Al Tossal y Laia, (esta última, accesible sólo previa cita) para completar un exhaustivo recorrido que nos deparará, a buen seguro, todo tipo de sorpresas y hallazgos bibliófilos.

La tercera zona de librerías de viejo en Valencia está próxima a la estación de ferrocarril, la calle Pelayo y la de Ruzafa. Aquí descubriremos la célebre Librería Paris-Valencia, editora además de facsímiles económicos de libros antiguos, sobre todo de temática local. y fondo de libro seminuevo. Si subimos por la Gran Vía, avenida en la que se celebran tradicionalmente las ferias del libro antiguo en esta ciudad, llegaremos a la librería Ruzafa, sin duda la más importante en esta zona, con un buen fondo de libro antiguo. A estos dos establecimientos hay que sumar otras como Querubín, Prim, Maestro Gozalbo, Vallier y Hamburgo...

Un viaje de turismo bibliófilo a Valencia nos permitirá, además de acceder a decenas de estantes repletos de libros en busca del título soñado, disfrutar de la conversación con los propietarios de las respectivas librerías, lo cual siempre suele ser fuente de un infinito placer bibliófilo. Una ocasión así, además, nos exigirá hacernos con una nutrida y fiable lista de alojamientos en Valencia, pues si Zamora no se ganó en una hora, el Gran Tour por las librerías de esta ciudad bien merece un viaje preparado como esmero y suficiente antelación. La impaciencia, en la pesquisa de libro usado, viejo, antiguo o de lance, nunca ha sido buena consejera.