Mónica Cobeta Abad.- El Splendor Solis, considerado el más bello tratado de alquimia, se realizó en 1582. Se trata de una recopilación ilustrada de los tratados alquímicos anteriores. Sus ilustraciones lo convierten en el más refinado manuscrito alquímico, evocando la obra de sus contemporáneos Durero, Hans Holbein y Lucas Cranach. A su vez, es el primer gran libro ilustrado de alquimia que iconográficamente va a marcar una época. En efecto, nació con esa finalidad, la de ser la obra alquímica por excelencia, de tal manera que todos los libros posteriores que versan sobre este tema se basan en su iconografía.
Hasta hace poco, este manuscrito ha sido atribuido a Salomón Trismosin, posiblemente pseudónimo de Ulrich Poysel, maestro del mítico Paracelso. En él se exponen las claves de la cábala, la astrología y el simbolismo alquímico. En la historia de la ciencia, la alquimia (del árabe الكيمياء [al-kīmiyā]) es una antigua práctica protocientífica, así como una disciplina filosófica que combina elementos de la química, la metalurgia, la física, la medicina, la astrología, el espiritualismo, el misticismo y el arte. Esta disciplina se fundamenta en dos premisas: la primera es la búsqueda de la piedra filosofal, cuya consecución supondría convertir los metales en oro, y la segunda lograr el elixir de la vida, es decir, una medicina que curara todas las enfermedades, concediendo la inmortalidad al ser humano. Sin embargo, el Splendor Solis, en palabras del historiador de arte Jörg Völlnagel, no se limita a describir recetas para el alquimista, sino más bien difunde la filosofía de la alquimia, según la cual el alquimista vive y actúa en consonancia con la naturaleza, interfiriendo en su desarrollo y contribuyendo a su crecimiento, respetando al mismo tiempo la creación divina. Representa, por tanto, la quintaesencia de las obras que lo preceden dedicadas a este tema. No en vano, Willian Butter Yeats, James Joyce y Umberto Eco le han dedicado su atención en sus obras literarias.
El códice consta de siete tratados y veintidós miniaturas de una gran belleza. En un total de 100 páginas, escritas en alemán con una delicada grafía gótica germánica, se muestra la coronación de una extensa biblioteca alquímica. El texto se embellece con unas iniciales de enorme tamaño y espectacular decoración. Lo más sugerente de este volumen son las 22 pinturas de gran formato y de muy compleja reproducción, Enmarcadas con motivos florales o animales, se inscriben artísticamente en la tradición de la miniatura renacentista del norte de Europa. Todas las ilustraciones insinúan, de acuerdo con el contenido de la obra, una interpretación difícil y hermética. Resultan especialmente relevantes las redomas o matraces de vidrio, que se presentan enmarcadas en un lujoso cuadro central, rodeado de escenas típicas de la vida rural y urbana de la Alemania de la Edad Media tardía y presididas por la imagen celestial de un dios pagano que da cohesión al conjunto. El proceso simbólico para la obtención de la piedra filosofal se supone descrito en dichas imágenes con alegorías diversas, envueltas en un halo de hermetismo propio del simbolismo alquímico.
La historia del códice no es menos interesante. Johann Friedrich Böttger, un alquimista alemán, conocido por haber ideado el método para fabricar porcelana, habría sido uno de sus propietarios en el siglo XVII. Posteriormente llegó a la biblioteca privada de la poderosa y aristocrática familia Harley, cuyo fondo de manuscritos, fundamental en la historia de las bibliotecas mundiales, fue adquirido por el British Museum. Actualmente, el Splendor Solis es uno de los tesoros más preciados de la British Library, biblioteca que, aunque ahora posee sede propia, hasta el año 1976 formaba parte de dicho museo.