Mónica C. Abad.- Los secretos del universo han
sido objeto de estudio desde tiempos inmemoriales. En la Antigüedad , existía la
creencia de que los héroes y los personajes famosos, tras su muerte, eran
transportados al cielo y convertidos en constelaciones, de tal manera que,
mirando al cielo, se podían reconocer sus figuras, por medio de la posición de
las estrellas. En Occidente, la concepción del espacio estelar como un sistema
se remonta a los antiguos griegos, que tomaron
los signos del zodiaco de ejemplos orientales. Del mismo modo, vieron su
mitología reflejada en las estrellas, como cantara Homero, el poeta laureado de
la cultura occidental. Más tarde, Arato de Solos, poeta docto, escribió el
famoso Phaenomena, un poema didáctico que nos describe en algo más de mil
hexámetros, con homéricas resonancias, el alto firmamento y sus constelaciones,
de donde procede la denominación de “aratea” para designar el sistema estelar
descrito en estos textos astrológicos. Este poema fue introducido en la cultura
romana por Claudio César, que lo tradujo al latín, extendiéndose posteriormente
al Cristianismo medieval en tiempo de Carlomagno y perpetuándose como una
fuente fundamental de conocimiento sobre el espacio estelar desde la
perspectiva occidental hasta la llegada de la astronomía árabe.
El manuscrito lat. Cot. 44,
conservado en la
Biblioteca Estatal de Berlín, es un compendio de textos
astronómicos y astrológicos clásicos, reunido e ilustrado durante la segunda
mitad del siglo XIV en Francia o en Flandes por un autor desconocido experto en
la ciencia, así como en su uso popular en esa era. La ausencia de referencia
bibliográfica significa que es difícil de establecer la fuente exacta del
manuscrito. La
National Library postula que perteneció al Príncipe Federico Guillermo de Prusia y ha pervivido a lo largo de todos los hitos históricos de
Alemania, comenzando por el Tratado de Paz de Bestfalia, pasando por su
reunificación y finalmente alcanza su actual lugar de permanencia en Berlín en
1997.
El manuscrito astronómico de Berlín está compuesto de 12 folios que corresponden
a 24 páginas en un formato de 11 por 15.5 cm . La letra del
manuscrito es gótica y los pergaminos presentan 43 dibujos en color, que forman
parte de la “aratea” mostrando el
cuadrante para orientarse en el espacio celeste, los signos del zodiaco y sus
casa astrológicas, las horas y días de la semana con un calendario, los nombres
de las estrellas y constelaciones de la teoría ptolemaica , las tablas de los
meses con una indicación de fenómenos celestiales y atmosféricos y por último,
un astrolabio, antiguo instrumento para fijar el rumbo a partir de la
observación de las estrellas, inventado en la Grecia clásica.
La edición facsímil está impresa
en papel especial en pergamino envejecido alzado, plegado y cosido a mano. Cada
página ha sido reducida para respetar las líneas de la estructura original. Va
acompañado de un volumen de estudio histórico, artístico y paleográfico. La
ejemplares encuadernación es en piel roja sobre tabla con un símbolo
astrológico estampado en oro. De esta edición se ha realizado una tirada de 995
copias, cada una numerada individualmente con un certificado notarial de
autenticidad.